Si lo tuyo es la natación, atención a la sequedad de tu piel.
El constante contacto de la piel con el agua acaba deshidratándola porque erosiona su barrera natural de protección. Además el pH del agua de las piscinas climatizadas es bastante más alcalino que el de nuestra piel, y esta acidez también desgasta la barrera. El resultado es esa tirantez inmediata nada más salir del agua, sequedad e incluso irritaciones durante la semana.
Te recomendamos que establezcas una rutina seria de hidratación para contrarrestar los efectos de la piscina, complementándola con el uso de mascarilla calmante e hidratante.